Por Laia Shamirian
Purim es una celebración que encuentra sus raíces en la antigua Persia. Durante el reinado de Asuero, su consejero real Amán planeó la matanza del pueblo judío.
La masacre se evitó gracias a la intervención de la reina Ester, historia que se recoge en la Meguilá, el libro de Ester.
Hoy en día, se conmemora su acción y la salvación del pueblo judío.
A través de la considerada la festividad más alegre del calendario judío, conocida por muchos, como el carnaval.
En este día, tanto seculares como religiosos, se disfrazan, y especialmente en Israel, participan en fiestas, banquetes y conciertos.
Este año, desde la noche del miércoles 16 hasta la noche del jueves 17, estas son las tradiciones que se llevarán a cabo y los alimentos que ocuparán la mesa.
Tradición: dulces, caridad, festín y sinagogas
Las orejas de Amán, son la comida más típica de Purim. Se trata de una galleta de mantequilla, al toque de naranja, de forma triangular y característica por sus diferentes rellenos.

Entre los más comunes, encontramos el de semillas de amapola. Se conmemora con este ingrediente los tres días que Ester pasó rezando y alimentándose con legumbres, frutos secos y semillas de amapola, hasta encontrar la forma de salvar al pueblo judío.
Abundan también las orejas rellenas de chocolate, pasta de dátiles y versiones tan innovadoras como las de amaretto, fresas con mermelada de naranja o pistacho y agua de rosas.
Otras tradiciones, incluyen ayunar la víspera previa a Purim. Acto que se ve recompensado con el Purim Seuda, el festín que tiene lugar al día siguiente.
Las ideas para este banquete son muchas y de diferente inspiración. Platos como couscous de hierbas al limón o un guiso de garbanzos y verduras, son una gran opción para quienes quieren hacen un nuevo guiño a Ester y los tres días.
Por otro lado, otros encuentran en el Purim Seuda una fantástica oportunidad para llenar la mesa de clásicos persas como el khoresh bademjoon, un estofado de berenjena y tomate o el tah-dig, un famoso plato de arroz persa con una capa crujiente.


También son parte de esta festividad, la lectura de la Meguilá, y el envío de paquetes de comida al menos a dos personas y el dar caridad al menos a dos pobres.
Una tradición más inesperada, es la de hacer ruido en las sinagogas durante las oraciones. Esto ocurre durante el relato de Ester, con cada mención de Amán, estallan los abucheos, las patadas y los silbidos en mitad del sagrado templo.
¡Una prueba más de lo excepcional y festivo de Purim!