Hay varios factores relacionados a la alimentación y a las emociones, los cuales hacen que comamos y seleccionemos de determinada manera como comer.
La relación con la comida nos habla de nosotros mismos. El tipo de alimento que ingerimos y la manera de hacerlo, está relacionado con nuestra historia personal, con nuestros deseos, nuestros miedos, angustias, enojos.
A continuación les voy a dejar algunos factores relacionados al como comemos y porque comemos lo que comemos:
Por placer

Todos tenemos preferencias de sabores, desde dulce a salado, comida caliente o fría.
Es muy complejo pero decisivo a la vez a la hora de poder cambiar hábitos.
El paladar se educa, los gustos se pueden modificar gradualmente con pequeños cambios en la dieta.
La percepción que tenemos sobre ciertos alimentos se modula y reeduca con el día a día.
Sobre todo cuando tomamos consciencia de cómo nos sentimos según lo que comemos. Y cuando entendemos que comer y sentirnos culpables después, no nos ayuda a mejorar la relación que tenemos con la comida.
Social

Cuando estamos solos comemos bien, pero cuando estamos con otras personas no sabemos decir no, o nos cuesta mucho y no queremos sentirnos diferentes al resto.
Por cultura

Es tema cultural lo que hace que ciertos alimentos y practicas culinarias nos parezcan «normales» o no.
Tendemos a comer lo que pertenece a nuestra cultura, sobre todo cuando hablamos de animales y ciertas partes de ellos que consumimos.
Por precio y disponibilidad

El poder adquisitivo es un factor importante a la hora de elegir alimentos, así como la disponibilidad de ellos en el pais en el que vivimos.
Cuando los alimentos están fuera de estación son mas costosos y no tienen tanto aprovechamiento nutricional, su calidad es inferior y su sabor también, comparado a cuando si es su estación de cosecha.
Publicidad y marketing

Los anuncios comerciales se basan en la exposición continua, donde buscan tocarnos el lado emocional, buscando entrar a nuestra mente, inculcarnos ideas y dirigir nuestras compras.
Es clave tener bien en claro que consecuencias queremos, asi a la hora de elegir tener presente esto y no caer en tentaciones.
Habilidades culinarias

Tener ciertas habilidades, ganas, compromiso y gustos para que la cocina ayuda a nuestros hábitos alimenticios.
Hay dos tipos de personas: Los que se dan mucha idea para crear platos y menues y los que comen para sobrevivir sin ningún animo de creatividad, sabiendo 4 cosas básicas para desenvolverse.
Si no aprendemos cosas básicas para hacer y le ponemos ganas, es muy difícil cambiar hábitos alimenticios o alimentarnos correctamente, la idea no es ser super chefs sino ganar habilidades e ideas.
Esto se hace practicando y practicando, desde recetas hasta formas diferentes de comer un mismo ingrediente.
Podemos probar esto cuando los vegetales están en estación, que son mas sabrosos y económicos.
Tiempo disponible para comprar, cocinar y preparar

Aquí es cuando hay que recalcar las prioridades. Va en nosotros y en como queremos alimentarnos, el tiempo que le queremos dedicar a la cocina.
Es un mito que para comer bien o sano tenemos que dedicarle mucho tiempo.
Lo más importante es tener ideas, ya que emplearlas es lo mas sencillo. Siempre podemos sacarle provecho a recetas y platos bien hechos.
Algo bueno aquí es ir haciéndonos nuestro propio recetario o ir anotando platos que hacemos en la semana para ir variando y no aburrirnos repitiendo lo mismo.
Esto hace que nos planifiquemos y evitemos las improvisaciones que terminan en deliverys, comida chatarra y alimentos ultra procesados.
El apego emocional
Es increíble la cantidad de alimentos y platos que tenemos asociados a lo emocional y al apego. Lo maravilloso de esto es, que la mayoría de estos apegos se desarrollan desde la infancia.
La comida no es sólo alimento. Los alimentos que elegimos incorporar hacen referencia a momentos de la vida que generalmente deseamos mantener en la memoria.
Así a través de olores, sabores, colores, podemos retener un pedacito de nuestra historia, de aquello que no se quiere dejar olvidado.

De esta manera las tortas dejan de ser simplemente tortas y serán las risas compartidas con hermanos, el olor a la casa de la abuela, la sensación de familia unida, y así cada cosa que se decide comer que nos transporte a otra parte de la historia o que den sensación de bienestar.
También buscamos ciertos alimentos para aliviar ciertas emociones, como tristeza o momentos de dolor, y vamos a determinado tipo de alimentos como mecanismo de escape.
Acá es donde llamamos a la comida auto regalo, o recompensa muchas veces.
Por ejemplo: «Tuve un día muy largo y atareado en el trabajo, llego a mi casa y me tomo dos copas de vino y me cocino algo rico mientras miro una película».
Hay que tener cuidado que esto no se vuelva vicioso, poniendo foco a la emoción y cambiando el objeto de deseo, por algo que no me haga sentir culpa después.
«De algo hay que morir»
Frase que muchos usamos cuando queremos comer determinado tipo de alimentos y en porciones no ideales.
El comer compulsivamente o hasta hacer daño físico, nos muestra ciertas dificultades en la tramitación de los afectos, de dificultades emocionales que no pueden ser manifestadas en palabras y se depositan en el cuerpo.
El negarse a comer, que es lo opuesto, también nos habla de lo mismo.

Debemos tener flexibilidad alimenticia, todos tenemos malos días o momentos en los que necesitamos darnos gustos, pero teniendo limites y que no se haga seguido.