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El nombre francés soufflé significa literalmente inflado.
El soufflé salado consiste en una base de bechamel espesa o un puré ligado con yemas de huevo, al que se añaden claras de huevo a punto de nieve.
Durante la cocción en el horno, por el calor, el agua de la mezcla se evapora e hincha las múltiples burbujas de aire de las claras, lo que hace que la mezcla se infle.
Un soufflé nunca hay que demorarlo en servir.
Hay que llevarlo directamente del horno a la mesa para consumirlo al momento, esto es porque al enfriarse va bajando su volumen.
Ingredientes
Para 4 ramequines de cerámica de 250 mililitros
100 g de queso gruyere
40 g de manteca
40 g de harina
250 g de leche entera
4 claras de huevo
4 yemas de huevo
1 pizca de nuez moscada
1 buena pizca de pimentón
Sal al gusto
Pimienta a gusto
Unas gotas de jugo de limón
Manteca y pan rallado para cubrir los moldes
Preparación
Rallar el queso y reservar tapado.
Engrasar con manteca blanda abundante cuatro ramequines y espolvorear con pan rallado. Mantenerlos en heladera.
Separar las yemas de las claras, tapar y reservar. Templar la leche para la bechamel.
Derretir la manteca a fuego suave en una ollita o sartén mediano .
Agregar la harina y mezclar con cuchara de madera para que se impregne uno o dos minutos.
Verter la leche templada de a poco sin dejar de mezclar con batidor para que no se formen grumos.
Cocer dos minutos para espesar ligeramente, removiendo sin parar.
Retirar del fuego y sazonar con nuez moscada, pimentón, pimienta y sal.
Es importante tener en cuenta que el queso también aportará sal.
Dejar templar ligeramente la bechamel y mezclar las yemas.
Tapar con film que toque la superficie y reposar.
Montar las claras a punto de picos suaves con unas gotas de jugo de limón.
Agregar un cuarto de las claras a la bechamel, mezclando con movimientos suaves y envolventes con una espátula.
Mezclar el resto de las claras con delicadeza, para que no se bajen, e ir agregando el queso rallado en tandas.
Distribuir la mezcla de inmediato entre los cuatro ramequines colocados en una asadera.
Rellenarlos dejando 1 dedo del ramequin sin rellenar (puede que sobre algo de mezcla).
Si no te sobra, quiere decir que las claras se han desinflado al mezclar; no pasa nada, el soufflé estará igualmente comestible aunque no crezca del todo.
Meter la fuente en el tercio inferior del horno previamente calentado a 205 °C.
Cocer sin ventilador a esta temperatura si quieres un centro casi líquido, o bajar a 195 °C si querés un soufflé cuajado.
Cocer 17-20 minutos, hasta que los suflés de queso hayan subido mucho y estén dorados. NO abrir el horno en toda la cocción.
Probar con un palo de brochette si los soufflés están cocidos por completo por dentro, (debe salir limpia).
Sacar los soufflés y llevar a la mesa de inmediato.